- !Por un momento, solo por un maldito momento, deja de tratarte así!- Grité para mi, así es, esa era yo. Esa parte de mi que sabía que valía mucho más de como me trataba, de como me lastimaba, de como yo misma me engañaba.
Me senté en un rincón, ese rincón que se encontraba al frente de un pequeño y casi irreconocible espejo, me tapé el rostro mientras dejaba al descubierto solo un ojo.
Me observé, respiré y empecé a contar una historia, mi propia historia.
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