El emperador Teófilo es un chico normal, no tiene secretos, ni muchos amigos, ni experiencias adolescentes memorables. Su única extravagancia es su obsesión por comer hielo y tomar bebidas heladas y granizados. Pero no sabe que alguien -un ente del más allá- lo sigue. Al enterarse, Teófilo intentará descubrir el motivo y se dará cuenta de que su vida no es como parecía ser, iniciando por un suceso que no lograba recordar con claridad y que cambiará su vida para siempre.