Sentía el sudor frío correr por mi espalda, mi pulso se estaba acelerando y mi respiración se entrecortaba. Trataba tan fuerte pero no podía, del esfuerzo me había comenzado a doler la cabeza; esas horribles figuras encapuchadas venían hacía mí, se escuchaban los aullidos de una manada a lo lejos, los árboles decorados con las sombras de las águilas que reposaban en estos, y los gráciles pasos de un ciervo que rompía las ramas en el suelo. Corría pero no servía de nada, no me había movido del lugar donde había comenzado, pensé que no lo lograría, una de sus huesudas manos se acercaba a mi cuello, y finalmente, con un brusco movimiento de mis párpados, desperté.All Rights Reserved
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