Muchas veces convivimos con personas que tienen un carácter fuerte, un corazón frío, y un alma encerrada con un muro alrededor; creemos que son malas, soberbias, egoístas, quizá no nos equivocamos, pero... ¿A caso no deben tener una razón para serlo? Hasta las personas egoístas tienen un corazón, hasta las personas soberbias sienten, hasta las personas más frías pueden enamorarse, porque hasta para ellos hay una persona especial que cambiará sus vidas, su forma de ver las cosas, y sobre todo, que tocará su corazón.
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.