Ada...tómame, cada parte de mi cuerpo te pertenece- sentí como se colocaba detrás de mí. Empezó a acariciar mi trasero y en pocos minutos sentí dos dedos más dentro de mí. Gemía y gruñía de placer con cada embestida que sus falanges me daban y le pedía que me penetrara de una buena vez. entren y lean lo que paso.