
La inocencia que puede llegar a tener un niño pequeño es infinita hasta que ocurre algo que le hace perderla poco a poco: la realidad. Suerte que aún hay personas que hacen que dure el tiempo suficiente hasta que sea hora de madurar. Es una historia corta que he hecho porque me apetecía y en la que he puesto como protagonista a mi hermano pequeño así que va dedicada a él.All Rights Reserved