La gente de Bunker 172 lleva una vida tranquila, pobre y subterranea, hasta la llegada del último tren procedente de Colonia Atenea. Un tren que traerá la incertidumbre, el miedo, la discordia y la muerte. Tras la Última Guerra la humanidad ha quedado sepultada bajo los escombros de sus errores. Hasta ahora vive en minas, cuevas, en los túneles de metro e incluso las cloacas de las ciudades.