Me es difícil mantenerle la mirada, porque sus ojos están tan rojos por las lágrimas, sus mejillas están sonrojadas y su nariz roja como una reno. Una sola vez lo vi llorar y me prometí no volver a dejar que llorara, pero justo ahora soy más importante yo. Porque si no me amo yo primero, no podré volver amar a alguien -Lo siento, quédate, lo podemos resolver juntos, siempre hemos podido juntos. Siempre es así, juntos hacemos posible hasta lo que no creemos, por favor quédate conmigo Beck, te lo suplico...
Su voz suena cada vez más dolida, pero debo ser fuerte. Por una vez en mucho tiempo seré egoísta, y me elegiré a mí misma por sobre los demás -Ya es demasiado tarde, me soltaste y dejaste ir, déjame buscar mi felicidad y tu encuentra la tuya. Quizá en esta vida no es, y en la otra tampoco, pero en alguna será. -Junto toda la fuerza que puedo y me suelto del agarre de su mano en mi muñeca, tomo mis maletas y me alejo rápidamente, escuchando los gritos del que creí era el amor de mi vida.