Harry Styles, 21 años, un intimidante alfa.
Louis Tomlinson, 19 años, hijo del más reconocido cazador de hombres lobos.
Una noche fría, donde la luna iluminaba fuertemente, Harry lo ve. Sentado en la orilla del barranco, apreciando la ciudad. Lindos ojos azules, nariz fina, cintura perfecta, muslos deseables. Todo en aquel chico encajaba con su definición de perfección.
El ojiverde lo vigila durante varias noches, debatiendo si morderlo o no, sabiendo que había posibilidades de que el muchacho no sobreviviera a la mordida.
Pero sin poder aguantar ni un segundo más, lo hace. Corre rápidamente hasta taclear al ojiazul. Este lucha, forcejea, pero resulta inútil ante la gran fuerza del rizado.
Pasaron segundos, cuando Louis ya tenía una gran marca a un costado de su abdomen.
Louis, ante la perdida de sangre, se desmaya.
Harry, sin pensarlo, lo levanta y lo lleva hacia su hogar.
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"¿Hola? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres?"
"Harry, Harry Styles, y a partir de ahora, seré tu alfa"