Es difícil explicar como se siente no poder querer u odiar a alguien, o mejor dicho a nadie. Pero esta historia no se trata -como muchas otras- de una chica con traumas amorosos, algo mas la tiene prisionera. Ella misma es su perdición y su control. Esta vez nadie puede cambiarla, nadie puede protegerla...Nadie evitara su destrucción. -Yo te gusto, lo se, lo puedo sentir. Aunque no te pueda ver siento tu mirada atravesandome, pero ¿Por qué me evitas?.- dijo intentando "mirarla". -Lo que siento es asesino, no me permitiré dañarte,... ¡y-yo no puedo con esto!- la vida era cruel e injusta, pero también lo era hacer sufrir a una persona tan pura e inocente como lo era Nathan. -Asesiname- el río con ironía sin saber el verdadero significado de esas palabras tan abruptas, luego de eso escucho un leve sollozo y olio como el aroma tan especial de Jade se desvanecía. Evidentemente ella se había ido.
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