Mónica, una chica muy atenta, virtuosa y aun con la poca edad que sostenía exitosa, había sido campeona en su niñez de varias competencias de natación, de canto y concursos de bellezas, muy bella, una joven con el cabello rubio dorado como un rayo de sol, ojos color pardo, piel blanca y delicada, y una personalidad que a todos les encantaba.
Franco Lombardi Monet, un joven capaz, decidido, directo en muchos aspectos y ante todo rebelde, Italiano, hijo menor de tres hermanos de padre Italiano y madre Francesa, egocéntrico y negado al amor, aunque muy en el fondo romántico como el ninguno.