Querida Davina.
Mi vida cada vez se marchita un poco más, pero tal vez, ese momento en el que puedo ver tu sonrisa, hace que mi corazón albergue una pequeña pizca de esperanza, ¿que sentido tiene? ¿El que yo te escriba todas estas cartas, sin siquiera enviarlas? Es tan patético, mi vida es patética, me da lastima el saber que así será siempre, así es, me da lastima mi vida, tal vez algún día diré "Debí haber mandado esas cartas, tal vez algo pudo cambiar". Pero, lo cierto es, que jamás saldrán de este desgastado cuaderno.
Donde Greece le escribe a Davina.
Ella odia la atención
Él adora la fama que tiene como jugador
Ella ama leer
Él ama el fútbol
¿Conseguirán ser más que amigos aunque ella sea vasca y él catalán? ¿Aunque ella odie el fútbol y él leer? ¿Aunque él la vea como la fan del Athletic y ella como el defensa del Barça?