¡Corre! el grito desesperado de Toby resonó en cada rincón de la gran bodega y aún así Happy no fue capaz de escucharlo. Toby lo sabía, ella lo sabía, había sido una estupidez ir ahí sin refuerzos, pero no podían esperar. No oyó el grito de Toby, solo vio el terror reflejado en la mirada infantil frente a ella, pero ya era tarde, solo sintió el golpe y todo se volvió negro.