"Estaría mintiendo si dijera una fecha exacta de cuándo su interés curioso por Akaashi se había transformado en un interés romántico, sentimental. Simplemente un domingo, entre fotocopias, lápices, textos y simulacros de examen, una permanente tensión entre los dos se había quebrado y Akaashi le había besado. Él ni siquiera había dudado en corresponder con toda la inexperiencia que poseía y los simulacros habían terminado olvidados el resto de la tarde." Perspectiva de Kenma de cómo su relación y convivencia con Akaashi se fue desarrollando poco a poco, y de la noche de tormenta, y la fobia de Akaashi por los truenos, que ayudó a que todas sus inseguridades se disiparan.