EL MALESTAR DE LA EXISTENCIA

Quien quita que no termine este libro, como no he terminado muchos otros, quizás tantos que ahora únicamente hacen ruido en mi cerebro, forcejeando unos con otros por la virtud de atormentarme cada mañana con la mediocridad de mis proyectos, pues si en algo soy bueno es en dejar cuestiones no resueltas o metas sin realizar. No obstante, este intento literario no busca erigirse como catálogo de autoayuda, ni mucho menos exhibir con gran destreza semántica los logros que he acumulado durante mi corta vida, por el contrario, mi intención es relatar abiertamente lo amargo que puede llegar a ser la existencia, al punto de anhelar esfumarse con tan solo pensarlo. No me sorprende si en algún punto esta charada no es leída por alguien más distinto de mí, incluso (y en el mejor de los casos); no me sorprendería si los pocos que se aventuran a leer esta amalgama de insatisfacciones, llenan las publicaciones con tachones y críticas cargadas de cólera, pues es lo único que espero con seguridad de esta podrida existencia y de sus hijos.