Tras mirarle, Hanzo se percató de que jamás le había visto antes pasarse por el bar, y a juzgar por su aspecto, contrastaba mucho con el tipo de clientes que solía frecuentar ahí. Su cabello era medianamente largo y castaño, tenía una barba notoriamente crecida y llevaba consigo un sombrero de vaquero algo desgastado. Hanzo no pudo evitar pensar que lucía como el típico americano guerrillero y sin modales. Muy de mal gusto.