Una chica cabalgaba sin rumbo. A ella le gustaba Link, pero el solo tenía ojos para la princesa Zelda, rescatándola incontables de veces, incluso hasta en reencarnaciones, había oído tantas veces sus aventuras y travesías por parte del pueblo, e incluso en ocasiones de él mismo. En una ocasión, Link le comento que tuvo que pelear contra si mismo, era su sombra, con ojos rojos y sin mucha expresión, aunque con deseos de parar su camino. Curiosamente se encuentra frente a un templo casi en ruinas, por lo que la chica no tiene de otra y se adentra en aquel lugar. Juego: The Leyend of Zelda. Creditos a Nintendo. Los personajes no me pertenecen.