Cuándo has perdido todo, sólo te queda abrazar lo que tienes, lo que te queda...
Y lo que queda son trozos, fragmentos de lo que un día fue y ya no volverá a ser. En ese preciso momento es cuando abrazas cada parte de ti y buscas, te ingenias para hacer que las piezas encajen aún con sus faltantes.
Es ahí cuando todo cambia, dejás atrás lo que pudo haber sido y te conviertes en lo único que puedes ser, alguien más, otro ser, otra persona. Para bien o para mal, eso le tocó a ella... Y yo, yo llegué tarde a salvarla.
Llegué cuando los vestigios de su alma estaban perdidos en la oscuridad del odio y la venganza.
Llegué cuando su amor por mi, se había convertido en cenizas.
La batalla más dura y la más difícil es con uno mismo, debía convencerla de intentarlo.
¡¡HISTORIA DE MÍ COMPLETA AUTORIA!!
No se permiten copias y/o adaptaciones sin mí consentimiento.
NO AL PLAGIO