"No sé cuando dejé de gritar, cuando dejé de suplicar que parara, ni cuando cerré los ojos intentando imaginar que nada estaba pasando. No lo sé. Lo que si sé, que cuando desperté, nada era igual que antes. Todo había cambiado, de una manera vertiginosa." Esta es nuestra historia, la de Zach y la tuya. Aviso: Drogas, sexo y autolesiones. Si eres homófobx no lo leas.