La mansión Wings se encuentra a las afueras de Seúl. Quien desee poner un pie dentro de aquella imponente construcción de mármol debe tener una cantidad sorprendente de ceros en su cuenta bancaria. Aquellos que consiguen la entrada reciben servicio de élite por parte de empleados bien entrenados; ellos existen únicamente para rendir sus honores y lujosa compañía para satisfacer al cliente. Park Jimin llegó allí a los 15 años. Aprendió a sobrevivir bajo la turbia enseñanza de quienes crearon aquel imperio sobre los cimientos del dolor de todos aquellos quienes en contra de su voluntad deben entregar su cuerpo por una suma exuberante de dinero. Se ha esmerado para ganar la aprobación de los clientes. Quizá tuvo que lamer zapatos y humillarse frente a otros, pero eso le ayudó a conseguir la libertad de salir a la calle y sentir que por un par de horas es un ser humano normal. Está acostumbrado a esa vida. Hasta que Jeon Jungkook pone un pie dentro de esa habitación.
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