A veces basta una mirada para sentirse el ser más maravilloso; un tal vez comienza a florecer después de un vistazo a un lindo chico sentado en la barra de una cafetería.
La primera vez que se encontraron prácticamente ni se miraron a la cara, pero hubo más veces, y poco a poco encontraron la forma no solo de mirarse, sino de conseguir ver más allá.