La chica del café amargo.

Ésto es una pequeña introducción a mi aliento, a algo que va más allá de mi vida. Porque las mejores cosas comenzaron con un café y las peores, también.
Diganme, ¿por qué nosotros tenemos limites pero el amor no? Alguien que me explique, ¿por qué necesitamos entender lo que nos duele y no dejar que nos queme en lo más profundo del pecho? Porque he de admitir que desde que ya no le veo, por aquella tarde de abril, mi corazón no es el mismo.
Tu boca sabe a café. -Me dijó.-
Sonreír era como respirar y más a causa suya.
Tu ser sabe a vida. -Contesté.-