Ella y yo solíamos hacer todo juntas, éramos las mejores amigas que podían haber existido en el mundo -o al menos eso era lo que creíamos- nos conocíamos desde que teníamos 10 años, cuando todo sucedió teníamos 17. Adiós, Madison -extendí mi mano en su dirección -ten, creo que querrás conservar esto. La tomó entre sus manos y me observó anonadada -¿porque me la das? Porque me voy -contesté vacilante -me voy lejos y creí que debías conservar la última fotografía que nos tomamos juntas. No Alex -exclamó -tu eres... Espera -la interrumpí -fui tu mejor amiga, ahora tienes otra y parece que es mejor que yo. No, Sally es solo una amiga -sus ojos se volvieron vidriosos -tu siempre has sido mi mejor amiga -me mostró su brazalete -¿recuerdas? Mejores amigas para toda la vida. Eso fue hace mucho tiempo ya -me acerqué a ella y besé su mejilla en forma de despedida -hasta nunca, Madison Cleveland. Eso fue hace 8 años ya, y lo sigo recordando como el primer día; después de todo eso, ese maldito hilo dorado no se ha roto ni un poco. Todos los derechos reservados. Di NO al plagio.