El frió helaba mis huesos, esto de llevar vestido corto no era buena idea. Salí de la maldita fiesta, gente borracha y haciendo el imbécil, no era mi rollo. Perdí a mi hermanastro nada al rato de entrar justo después de que me presentara a ese impresentable. Nada mas salir por la puerta le vi, su pelo negro para arriba, en forma de tupe, y sus ojos color miel, apoyado en la pared, con el cigarrillo en la mano, mientras que su lengua jugaba con el piercing. Pasé por su lado, intento no hacerle casi, ni siquiera mirarle, porque me había caído como el culo nada mas conocerle.
-¿Ya te vas?.-Sentí el humo del cigarro en mi nuca.-Quédate y vamos a jugar tu y yo.- Me agarro de la mano y tiro de mi, pego su cuerpo al mio y soltó todo el humo que tenia el boca, empece a toser, y le mire con asco.-Vamos nena, se que mueres por mi.-Le aparte de mi.
-Eres un asqueroso.-Dije, intento coger aire puro.
-Ya pero te pongo.-Le pegue en el brazo, puse los ojos en blanco y comencé andar para alejarme de ese imbécil.
El tan solo sonrió, mientras empezaba a caminar detrás de mi.All Rights Reserved