Ella era problemática; peleaba por todo y se enojaba por nada, porque si, porque no y por si acaso, para todo era un constante "pero". Lloraba y nadie se enteraba, luchaba batallas internas que nadie se interesó en conocer y si lo hicieron, ella conto solo lo necesario para que no preguntasen nada más. Había una que otra marca de tristezas empozadas y una mirada oscura que a paso de vencedores fue iluminando con lágrimas de esperanza. Nadie dijo que la vida sería un camino de primavera, nadie advirtió que llega otoño y que hay que afrontar cambios y aun así seguir disfrutando del paisaje.