Los ángeles y los demonios se odian desde el principio de la historia. Unos, encargados de corromper a los humanos, otros encargados de matar a los anteriores. Lexa, un demonio, decide que va a subir el nivel y va a conseguir corromper a un ángel. Clarke, un ángel que en contra de siglos y siglos en los que el instinto les ha ordenado odiarse, se enamora de un demonio. "Si quieres llegar hasta Clarke tendrás que pasar por encima de mi cadaver." "Renunciaré hasta a mis alas si de esa forma puedo salvarla."