Tras la muerte de sus padres, Harry es adoptado por Avery, un antiguo amigo de Dumbledore y, a su vez, fiel seguidor de Voldemort en la sombra. Este es criado bajo las creencias de los sangre puras y pasa toda su infancia rodeado de las altas esferas del mundo mágico. Harry, siguiendo ciegamente las doctrinas bajo las que ha crecido, sigue la misión que le ha sido encomendada de ser un espía dentro de Hogwarts, siendo seleccionado en Gryffindor por su insistencia en vez de en Slytherin, donde debería estar. Su nueva misión conlleva dejar atrás todas sus amistades y conocidos, incluyendo a su mejor amigo Draco Malfoy. Sin embargo todo cambia cuando Dumbledore anuncia que tiene un plan para acabar con la rivalidad entre casas.