A lo lejos un chiquillo llora sus últimos lamentos, a lo lejos una columna de humo con olor putrefacto se dispersa en el viento furioso, a lo lejos las esperanzas de cientos de hombres y mujeres se queman como un papel en una sombría fogata, estar alejado de aquel infierno es el peor de los destierros, hubiera preferido que mi ser se inmortalizara en donde estaba mi verdadera lucha... sin embargo aun aqui afuera hay por quien sobrevivir.
Con las ultimas fuerzas de mi cuerpo, los pulmones llenos de aire contaminado y el sonido de los propulsores de al menos cinco 'deslizadores', maquinas aereas imponentes provistas con cañones Vortex, que nos han asediado durante la noche vuelven a oírse resoplar entre los escombros ennegrecidos, por una suerte que aun desconozco he podido salir por lo que algunos llamarían una puerta trasera.
Aun cuando no tenia ninguna herida de gravedad me sentía como un moribundo, arrastrando los pies, cubriendo mi insulso cuerpo con las ruinas de los edificios, jadeando y con mi boca babeante, mi mirada sin foco, proyectada hacia el oscuro horizonte, solo avistaba que no había camino alguno y no había ningún ser vivo a mi lado. Un cruel enfrentamiento había degollado nuestras esperanzas en una sola noche, el horror se volvia a repetir, la guerra, los fantasmas, los guerreros, los caídos y decenas de muertos, en consecuencia del mas grande genocidio perpetrado en el planeta.
La nuestra era la ultima de las resistencias, la mas grande, la mas preparada, la mejor de todas. Ahora todo es ceniza y escombros, mi única esperanza será caminar, esperar por que en aquel horizonte mis heridas sanen, esperar que al fin la pesadilla termine y pueda encontrarme con el emisor del mensaje recibido en el radio de comunicaciones, esa es la razón mas poderosa que tengo, la de encontrarme al fin con mi pasado, al fin recordar quien soy.