
¿Entonces aceptas?- Él sonrió, sabía que aceptaría. (...) ¡No son tus hijos!, ¡Entiende!- grite ¡Lo son!, Esos niños llevan mi sangre y te guste o no son unos Mouque- me reto con la mirada- así que acostúmbrate, a verme por qué los vendré a ver todos los fines de semana.- salió azotando la puerta.de mi despacho.All Rights Reserved