Solía creer que solo las malas cosas no podían sucederle a las buenas personas, que los malos recibían lo malo dejando lo bueno a quien lo merecía. Pero estaba sumamente equivocada. La mierda nos toca a todos; unos solo la huelen, otros se en barran y unos pocos son ahogados en ellas. Yo soy una de las ultimas y créeme fue lo mejor.