Mía es una chica fuerte, decidida y con un carácter imponente. Siempre ha llevado el control de su vida, especialmente cuando se trata de su madre, con quien mantiene una relación complicada debido a la enfermedad de ésta. Las constantes discusiones la han empujado a soñar con la independencia, pero el miedo a dejar sola a su madre la mantiene atrapada entre la necesidad de escapar y la responsabilidad de cuidarla. Aunque anhela con todas sus fuerzas una vida fuera de esa carga, sabe que ahora no es el momento.
Nunca ha tenido novio, y aunque siente con intensidad, su miedo a depender de alguien y su necesidad de control siempre la han llevado a rechazar cualquier intento de relación estable. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a un chico que es completamente diferente a lo que esperaba. Con una actitud segura, un toque de soberbia y la capacidad de ponerla en su lugar, este chico la desconcierta de una manera que nunca antes había experimentado. Pero, al mismo tiempo, tiene una faceta sobreprotectora que la hace sentirse cuidada de una manera que no está acostumbrada.
Aunque no todo en su relación con él es perfecto ni fácil, la conexión que surja entre ellos les hará superar obstáculos y desafíos personales, enfrentándose a sus propios miedos y a los problemas de la vida, sin caer en la idealización ni en la toxicidad. Mía deberá aprender a equilibrar su deseo de independencia con la realidad de que, a veces, dejarse cuidar no significa perder el control, sino compartirlo con alguien que realmente se preocupa por ella.