La frase que exime de toda culpa a las decisiones de los adultos es "Lo hago por tu bien", pues yo ya me he hartado de esa frase, esa maldita frase escuchada por todos los miembros de mi familia, frase que tengo que comprender sin hacerlo, ya que mis queridos padres aceptaron por mí un proyecto que cambiará el sentido de mi vida.
Soy Ainara y tengo 15 años, pese a mi corta edad siempre he sido muy tranquila, la típica buena estudiante e hija, responsable, amiga, colaboradora y con mi cabeza bien amueblada en cuanto a futuro se refiere, pero claro, futuro elegido por mí, no mi futuro mezclado con lo que a mi instituto y a mis padres se les ocurra para combatir su propio aburrimiento sin sentido.
Por más que lo intento mi vida está cambiando y no puedo hacer nada para que no suceda, yo ya no soy la misma y mis percepciones son otras, le doy muchas vueltas a la cabeza para elegir la mejor forma de actuar pero ¡no!, todo me sale mal, todo son discusiones y muchos sentimientos encontrados, todo lo que yo quería se está cambiando y la frustración que siento es tal que en ocasiones prefiero no seguir hacia delante. Todos mis sueños e ideas, todo comienza a desvanecerse.
Pero al fin y al cabo no todo es tan malo y no todo es lo que parece y amigos eso sí que me da miedo.