El no era el típico mujeriego que atraía a las mujeres como metal al imán. Ni el más popular, pero tampoco un marginado, o un "nerd". Tampoco era el chico malo con moto ni el solitario con un pasado negro. No era un chico normal, y yo más que nadie sabía eso. Sabía que este chico era alguien fuera de lo normal.