El silencio es enfermizo, las dudas enloquecedoras. Callé por miedo a ser visto, a perder lo que jamas podría obtener. Lloré ahogado en un mar de ilusiones, de sueños desesperanzadores. Repetías mentiras obsoletas, mientras obtenías caricias indiscretas. Había un ella. Y un tú. ¿Dónde quedaba yo?