Cuánto más intento olvidar... Más imágenes aparecen en mi mente, de esas noches frente a la orilla del mar, de una cálida brisa agitando mi pelo... Pero sobre todo, de sus ojos.
El tiempo pasa, mas yo sigo aquí, recordando esos instantes en los que nuestras miradas se cruzaban, yo me ahogaba en tus ojos y tú sonreías... Y después de tantos años regreso al lugar donde nos conocimos, donde nos enamoramos y dónde nos separamos. Pero ahora nuestras vidas no son las mismas, diez años después, ¿Cuánto has podido cambiar? Sé que yo sí he cambiado, no soy la Natalia que tú recuerdas... ¿Acaso me recuerdas? ¿Cómo es posible que después de tanto tiempo, e incluso con novio, siga pensando en tí como el día que me despedí? Con esa bonita sonrisa, en esa playa, bajo aquella luna de abril.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.