Una inesperada discusión hizo que sus caminos se cruzaran. Un mensaje de texto hizo que sus encuentros sean frecuentes. -Buen día pequeña. -¿Quién eres? -¿No me recuerda? Soy el que te salvó la vida. -Oh claro, el "señor mayor". -Mendes. -¿Disculpa? -Mendes es mi apellido. -¿No piensa decirme su nombre? -No, por ahora. -No se haga el misterioso. -Usted jamás me dijo su edad. -Buen punto, le diré señor Mendes. 16.05.17