No es un libro idílico, hecho de las postales y la belleza exterior de nuestras islas. Es el testimonio lírico, de honda belleza, de alguien que sabe que bajo el azul y los verdes de ese mar se nos oculta el drama de los que nunca regresaron. Si no fuera un volumen de textos poéticos de tan alto rango estético, su lectura sería irrespirable.