El ojiverde no podía dejar de mirar al pequeño a su lado. Se encontraban recostados sobre el pasto, en un parque de Holmes Chapel. El ojiazul tenía sus ojos cerrados y sabía que Harry estaría mirándolo así que reprimio una sonrisa que amenazaba con formarse en sus labios y susurro -¿me cuentas esas historias raras que inventas de las estrellas, Hazza?- El ojiverde a pesar de tener una gran sonrisa como siempre solía tener, fingió ofenderse -No son inventos!- se quejó al borde de una carcajada -son historias reales- Louis amaba molestar a Harry de esa manera pero esta vez sólo asintió -Cuéntame sobre ellas, Harry- pidió -esta bien, pequeño- accedió antes de aclararse la garganta y comenzar con su relato -dicen que las estrellas son los sueños de las personas, una estrella apagada es un sueño que no fue cumplido, una estrella fugaz; es un sueño cumplido- susurro el ojiverde apreciando como los ojos del mayor, los cuales ahora abiertos contemplaban las estrellas, reflejaban los destellos del cielo -mi estrella eres tu Harry-