Mis manos temblaban, su aliento era más que caliente, pero su corazón era más frío que el hielo de la nevera. Aún así, a su lado me sentía segura, algo así como protegida. Era todo una contradicción, todo él por fuera era caliente, pero su mente era fría y calculadora, a la vez que su corazón, era la cosa más fría que yo había conocido, pero todo siempre tiene un por que de ser, ¿no?