Los hermanos Winchester viven en un constante cúmulo de problemas y desastres que parece no tener parón. Tras tantos años, han forjado una confianza y determinación como cazadores que resulta asombrosa, pero como le pasa a mucha gente, la seguridad puede volverse arrogancia, cosa que un cazador no debería permitirse porque entonces la cosa podría acabar terriblemente mal. Durante una de sus típicas cacerías, la bruja a la que debían dar caza hiere a Dean con su magia. El hechizo no llega a ser letal, pero era casi como si le hubiese destrozado por dentro. Una vez la bruja fue erradicada y Sam tuve tiempo para revisar a Dean y juzgar qué tan grave era todo, decide darle un descanso y lo deja en una localidad de Kansas un tiempo. Y allí, es donde Dean dudará; ¿seguir el negocio familiar junto a su hermano y continuar salvando vidas o, por el contrario, buscar aquella vida de la que ha carecido siempre?