El vacío era tan amargo y nauseabundo, y no importaba cuanto lo pensara, no sabía cómo llenarlo. Caminaba, reflexionaba, se ejercitaba, hablaba, cantaba, trabajaba y descansaba, pero siempre volvía, sin cambiar mínimamente. Ni siquiera sabía qué era tan trágico que la había dejado estancada en ese pozo de salida tan lejana, cuya luz casi no lograba ver. Estaba cansada de buscar sin encontrar, y su última decisión sería la única que lo cambiaría. ••●Buscaba algo de lo que sostenerme, pero, contrariamente, algo me sostuvo●••