Dicen que lo que empieza jugando, termina gustando... Y sin darse cuenta de cómo fue que sucedió, comenzaron una historia que ni ellos mismos pensaron llegarían a vivir... Pero como todo en el carrusel de la vida, tiene sus empinadas cuestas de las cuales muchas veces no logramos llevar el control de los frenos, sin llegar a imaginarlo y sólo dejándose llevar sin tomar las precauciones necesarias, llegaron al borde... De la locura de su amor.