Dicen que cada color tiene su significado, y dicen que la esmeralda también es un color. Supongo que habrás oído algo sobre esto, sino entonces te lo explicaré. La llaman "la gema del amor", de un hermoso color verde conocido como el de la esperanza, del crecimiento, de la felicidad, es parte de la naturaleza, de la vida.
No quiero enredarte llenando esto de palabras rebuscadas y conceptos filosóficos que no tengan ningún sentido, sólo quiero contarte como un día, sentada en la azotea de mi edificio, viendo la mezcla de colores en el cielo, pensé en mi nombre; sí, en mi nombre. ¿Qué significaba? ¿Qué quería decir? Y también pensé en mis días, en mi rutina, en las simples cosas que me pasaban como el estrés a principios, finales, o mejor dicho, en cada trimestre de universidad; mis crisis existenciales por... No sé, respirar; pensé en las cosas en las que gastaba mi tiempo; en mi terrible impaciencia e indecisión; en las veces que me he sentido por el suelo y en las que he querido saltar de alegría; pensé en el amor, en el dolor, en mis sueños, incluso en las estrellas; pensé en lo que las personas pensaban de mi, en lo que yo pensaba de mi, en lo que yo pensaba de las personas, en lo que estaba o no haciendo por ellas.
Y después de tanto pensar agarre un lindo cuaderno del come galletas de Plaza Sésamo (genial, ¿no?) y un lápiz y comencé a escribir, a llevar esa "esperanza" de mi nombre a mis días, a expresar todo ese sentimiento en líneas, tratar de llenar de color mi vida. Pero si lo dejaba sólo conmigo de nada serviría, porque ¿de qué me sirve sonreír si nadie lo hace conmigo? Así que aquí estoy, compartiéndote un poquito de lo que en mi cabeza sucede, de mi forma de ver algunas cosas, buscando en lo posible de llenar de color así sea a una vida, con la intención de volver esmeralda sus días, porque como dijo Martin Luther King "Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano".
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".