España, siglo XXIII.
Recientemente, ha sido descubierta una extraña condición genética recesiva. Esta condición magnifica la intensidad de las ondas cerebrales hasta el punto de que interfieren en el medio físico, incluso si este se encuentra a años luz.
O, en otras palabras, se puede crear otros mundos con la concentración suficiente, que estarán al alcance de la mano humana. Por ello, se ha llamado Enfermedad de Dios.
Muy tentador, ¿verdad?
Lo que todos se olvidan de contarte es el verdadero motivo de su nombre, cómo tu salud se va degenerando progresivamente desde que a un par de científicos idos de la olla les da por escogerte como conejillo de indias y empiezan a obligarte a crear mundos para que tú soluciones los problemas que a ellos no les da la gana resolver. Porque ya tu salud es un asco, y encima, te la fastidian todavía más.
Nadie te advierte de que la mitad de tu vida te la vas a pasar encerrado entre cuatro paredes de hormigón, siendo observado, estudiado hasta la saciedad.
O si no, que se lo digan a él. Que le digan lo contrario a mi amigo Félix.
ADVERTENCIA: Puede contener comentarios racistas u homófobos hacia los personajes de la novela, así como un POSIBLE (aún no es seguro) romance entre dos chicos o algún que otro contenido relativamente ofensivo. Por favor, tener en cuenta que es una novela y no se pretende ofender a nadie.