Los sueños fueron hechos para hacerse realidad.
La mayoría de la gente sueña con tener dinero, familia, amor y salud, para Carolina su único sueño era ser feliz, ser la escritora que soñó ser desde que era una niña de diez años.
Dolía saber que dejaría a su familia y a su hogar, pero más dolía dejar personas molestas en su lugar natal que le impedían luchar por sus sueños, y que al final en su nuevo hogar encontraría a alguien que la haría enloquecer. Alguien a quien no le importaba molestar la vida de los demás con tal de satisfacer sus propias necesidades.
Dicen que la persona que amas te ayuda a hacer tus sueños realidad, pues Carolina descubre que la persona que amas te ayuda a no renunciar a ellos y luchar día con día para hacerlos realidad pese a que esa persona a veces te desmotiva a seguir adelante.
Porque a veces lo más molesto, al final es lo más deseable. Estar cerca de lo que más deseas y no de un sueño es ser feliz de verdad. Y esa felicidad, conocida como "el desastre de su vida", se llama; Agustín.