Después de un análisis emocional llegue a mi propia conclusión que yo solita me tuve engañada por largo tiempo acerca de mi comienzo y de mi final. Somos personas.No princesas. Tenemos casas. No castillos. Tenemos desiluciones. No amores verdaderos. Somos de carne y hueso. No de papel y sueños. Pero apenas llevo 18 años de vida, estoy muy a tiempo de volver mi falso cuento de hadas a mi real e inapropiada vida común. Maduremos.