Él no creía en el amor a primera vista, en nada cercano a eso, si bien era soñador, de corazón noble, como pocos de los jóvenes de su época, no veía siquiera cercana la posibilidad de enamorarse de alguien solo con verla, pero ahí es cuando llega ella, desde el primer momento en el que la vio supo que debía protegerla, cuidarla, amarla.
Ella estaba vacía, destruida, adolorida y cansada, pero aún así decidió arriesgarse y entregar su corazón, lo hizo con miedo, se entregó, pero no por completo, no estaba lista para hacerlo, ¿algún día lo estaría? ¿Sería capaz de olvidar todas esas horribles noches?.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.