Lo que ellos nunca entenderán de ella es que cada vez que arrancaba un suspiro a ese cigarrillo envuelto con su propia saliva sentía y podía jurar, que una parte de dolor salía a través de ese misterioso fragmento llamado humo...
No sabía porque, pero ella lo podía recordar tanto que hasta lo podía sentir, el humo dibujaba su figura y esa figura sabía tanto a el su tierno y a la vez tan tóxico sabor, pero era el...recordaba ese día afuera de su casa temblando y a la misma vez pensando en su poca seguridad en si misma, ella tenia muy en claro eso solo era un juego solo iba por una rato de amor vendido, pero todo cambió al verlo, nunca había visto unos ojos que la hipnotizaran al punto de olvidarse por completo que nunca en su vida lo había visto, simplemente por fotos y pensando solo bien no tenía ese poder en sus ojos que la deslumbró totalmente a través de esas fotos, aunque ella sabe que el aún tiene ese poder de jugar con su mente ella lo niega rotundamente y se niega a poder volver a ver esos ojos porque sabrá en ese preciso momento que nada a cambiado que su muy dentro de ella sigue hipnotizada por esos lindos ojos color marrón, pero quien para juzgarla ella simplemente es igual que todos queremos lo que no podemos tener y el no era de ella, ella lo podía recordar aunque llegara padecer de Alzheimer, díganme cómo escapar de esos lindos ojos? Esos ojo que la hicieron jurar no volver a pensar en suicidio, esos ojos que le hicieron jurar que todo iba a estar bien, esos ojos que ahora que ella los piensa y en su mente los ve lo único que puede pensar es en dolor porque no es ella quien ahora ve esos ojos no es ella a la que esos ojos hipnotiza, ya no es a ella quien esos ojos habla.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.