No todas las historias terminan como esperamos, algunas tienen finales inesperados, trágicos e incomprensibles. Pero siempre existe la posibilidad de cambiar la historia, de cambiar esos finales. Tornarlos no racionales, ni fríos, simplemente reales, posibles, amorosos y coherentes. El amor jamás va a ser coherente ni justo. El amor es. Verónica y Tomás se merecen un amor loco, incoherente pero eterno. -Kar.All Rights Reserved