Es curioso, lo rápido puede llegar el fin de todo lo que uno conoce. En un abrir y cerrar de ojos, puedes perder a tu familia, a tus amigos... Todo. Aquel día, las vidas de Abi y Derek, así como las del resto de la humanidad, cambiaron por completo. El planeta dejó de ser el mismo... El fin del mundo era una realidad. Derek vivió un infierno, unas extrañas criaturas irrumpieron en su ciudad, y masacraron a casi todo el mundo. Quedó inconsciente mientras huía, pero le encontró un grupo de supervivientes. Se volvió distante, malhumorado... Abi era todo lo contrario; risueña, amable, le gustaba confiar en las personas. Ella despertó en Saint Cage, unas instalaciones que refugiaban a los supervivientes. No recordaba nada, sufría amnesia. Le aseguraron que el exterior no era habitable, debido a unos ataques terroristas en masa, habían destruido cientos centrales nucleares... ¿Debería creerles? El destino de ambos terminó cruzándose, debido a que los dos despertaron aquel día con un número 42 tatuado en su muñeca. ¿Qué significará? Son muy contrarios, no se soportan, pero... Entre ellos hay algo especial, algo que ninguno sabe describir. Juntos, descubrirán qué le ocurrió realmente al planeta.